Cocina con Pasión: consejos y secretos para principiantes
¡Saludos a todos los apasionados de la cocina! En este artículo, nos sumergiremos en el fascinante mundo de la culinaria, explorando algunos consejos y secretos fundamentales que todo principiante debe conocer. Estos consejos provienen de las experiencias acumuladas de chefs de todo el mundo, y quiero compartirlos contigo. ¡Así que prepárate para descubrir cómo mejorar tus habilidades culinarias y sorprender a tus seres queridos con deliciosos platos!
Consejos Prácticos para Cocinar como un Chef
Corta cebolla sin llorar
Cuando te enfrentas a la tarea de cortar cebollas, es probable que te encuentres con lágrimas involuntarias debido a los compuestos sulfurosos que se liberan durante el proceso de corte. Sin embargo, existe un truco simple que puede ayudarte a evitar este problema y mantener tus ojos secos mientras trabajas en la cocina.
Cómo funciona: Coloca un bowl con agua cerca de tu área de trabajo, junto a la tabla de cortar donde estarás preparando las cebollas. Además del bowl con agua cerca de tu área de trabajo, puedes complementarlo usando una tabla de madera, esto es gracias a que la madera absorbe esos compuestos sulfurosos liberados por la cebolla, reduciendo así su dispersión en el aire y, en consecuencia, disminuyendo la irritación en tus ojos.
Usa la pimienta correctamente
Te comparto, un truco para resaltar el sabor intenso de la pimienta en tus platos es agregarla al final del proceso de cocción, justo antes de servir. Esto permite que conserves su frescura y aroma, lo que resulta en una experiencia más placentera al momento de degustar tus comidas.
Si bien no hay nada de malo en agregar pimienta al principio del proceso de cocción, ten en cuenta que al hervir, la pimienta puede volverse más amarga, lo que podría afectar el sabor final de tus platillos. Por eso, si prefieres evitar cualquier sabor amargo, es mejor optar por agregar la pimienta al final.
Al seguir este consejo, podrás disfrutar de todo el sabor y el picante característico de la pimienta sin ningún sabor amargo no deseado, elevando así el perfil de tus platos y deleitando a tus comensales con cada bocado.
Regula la sal de tus platos
Supongo que alguna vez tus platos han quedado un poco fuertes de sal, si bien en el momento que descubres que una comida está demasiado salada, puedes recurrir a algunos ingredientes comunes para corregir el problema sin comprometer el sabor original del plato.
- Agua: La mas común es añadir agua a una comida con exceso de sal puede diluir el sabor salado. Simplemente agrega un poco de agua y mezcla bien. Ten en cuenta que este método puede diluir otros sabores de la comida, y también bajarle un poco el sabor a tus comidas, por lo que es importante probar y ajustar según sea necesario.
- Vinagre: Vamos por nivel intermedio, y es el vinagre, especialmente el vinagre de vino blanco o el vinagre de manzana, puede ser útil para contrarrestar el exceso de sal. Agrega un poco de vinagre y mezcla bien. El ácido del vinagre ayudará a equilibrar el sabor salado sin comprometer demasiado el perfil de sabor general de tu plato.
- Zumo de limón: Por ultimo, el zumo de limón también puede ser una opción efectiva para reducir el sabor salado en una comida. Agrega un poco de zumo de limón fresco y mezcla bien. El ácido cítrico del limón puede ayudar a contrarrestar la salinidad y agregar un toque de frescura a tus platos.
Es importante que recuerdes que estos trucos deben usarse con moderación y precaución, poco a poco, ya que pueden alterar el sabor de la comida si se usan en exceso. Siempre es recomendable probar la comida antes de servirla y ajustar los sabores según sea necesario para obtener el resultado deseado.
Suaviza la mantequilla y huevos
De seguro alguna vez tuviste problemas en recordar sacar la mantequilla para hacer tus recetas, o sacar los huevos para que no se queden pegados al sartén, pues bien, mira para suavizar la mantequilla, retírala del refrigerador y si necesitas acelerar el proceso, corta la mantequilla en trozos más pequeños para que se ablande más rápidamente y déjala cerca de tu estufa para que pueda obtener calor.
Ahora para llevar los huevos a temperatura ambiente, simplemente puedes sumergirlos en un recipiente con agua tibia durante unos minutos. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente para evitar que los huevos se cocinen. Después de unos minutos en agua tibia, los huevos estarán listos para ser utilizados en tus recetas.
Al seguir estos pasos, vas a obtener mantequilla lista para tus tostadas o para tus recetas de repostería, y los huevos al clima perfectos para que no se queden en tu sartén.
Crea tu propio caldo casero
Una forma económica y sabrosa de obtener caldo de pollo o de verduras es utilizando los huesos y sobrantes de vegetales que tengas disponibles en tu cocina. Cada vez que cocines platos que requieran huesos de pollo o tengas sobras de verduras como cebolla o zanahoria, simplemente guárdalos en el congelador.
Ahora, cuando hayas acumulado una cantidad suficiente de huesos y verduras, puedes proceder a hacer tu caldo casero. Coloca los huesos y las verduras en una olla grande, cúbrelos con agua y agrega sal al gusto y especias, deja que hiervan a fuego lento durante varias horas. Esto permitirá que los sabores se infundan y creen un caldo rico y aromático. Una vez que el caldo esté listo, retira los huesos y las verduras y cuela el líquido resultante. Luego, vierte el caldo en un recipiente y déjalo enfriar. Con el tiempo, notarás que el caldo adquiere una consistencia gelatinosa, lo cual es una señal de que está lleno de sabor y nutrientes.
Puedes usar el caldo de inmediato en recetas como sopas, dumplings, guisos o arroces, o bien, si prefieres, puedes congelarlo en porciones individuales para utilizarlo más adelante. Si deseas, una forma conveniente de hacerlo es cortar el caldo en cuadrados y colocarlos en bolsas resellables, listas para descongelar y usar según sea necesario. Con este sencillo truco, podrás disfrutar de deliciosos caldos caseros, llenos de sabor y nutrientes, aprovechando al máximo los restos de tus comidas.
Quita la grasa de tus platos fácil
Cuando prepares sopas o hiervas carne, es común que estas suelten grasa que se acumula en la parte superior del caldo. Para eliminar esta grasa de manera eficiente, puedes utilizar un truco sencillo que te ayudará a dejar tus platos más ligeros y saludables.
Cómo hacerlo:
- Enfría una cuchara de metal: Coloca una cuchara de metal grande en el congelador durante unos minutos para que se enfríe.
- Retira la grasa: Una vez que la cuchara esté fría, sácala del congelador y colócala sobre la superficie de la comida, rozando la parte superior del caldo o del líquido donde se haya acumulado la grasa.
- Observa cómo se adhiere la grasa: Verás que la grasa se solidifica al contacto con la cuchara fría y se adhiere a ella. Desliza suavemente la cuchara sobre la superficie, recogiendo los trozos de grasa que se desprendan.
- Repite según sea necesario: Repite este proceso varias veces hasta que hayas eliminado la mayor cantidad posible de grasa de la comida. Si es necesario, puedes limpiar la cuchara entre cada pasada para mantenerla efectiva.
Al utilizar este truco, podrás disfrutar de tus platos favoritos sin preocuparte por el exceso de grasa, logrando así una opción más saludable y ligera. Además, este método es rápido y sencillo, lo que lo convierte en una excelente manera de mantener tus comidas más saludables sin sacrificar el sabor.
Usa el ajo a tu favor
Si eres un amante del ajo y te gusta incorporarlo en todas tus comidas, aquí tienes tres formas creativas de prepararlo para tenerlo listo en cualquier momento.
- Ajos confitados:
Para hacer ajos confitados, pela varios dientes de ajo y colócalos en un recipiente. Llénalos con una mezcla a partes iguales de aceite y agua hasta que los ajos queden completamente cubiertos. Luego, cocínalos a fuego bajo durante unos minutos hasta que estén tiernos y fragantes. Una vez listos, puedes almacenarlos en el refrigerador en un frasco hermético. Estos ajos confitados serán una adición deliciosa y versátil a tus platos favoritos.
- Puré de ajo:
Otra opción es hacer un puré de ajo. Simplemente pela los dientes de ajo y licúalos en seco con un poco de sal al gusto. Si lo deseas, puedes agregar un poco de aceite para obtener una consistencia más suave. Vierte el puré de ajo en una bolsa ziplock y aplástalo para formar una capa uniforme. Luego, déjalo reposar en el refrigerador hasta que se solidifique. Una vez listo, puedes cortarlo en cuadritos y usarlos como condimento en tus comidas diarias.
- Ajo picado en aceite:
Una opción más simple es picar los dientes de ajo y mezclarlos con aceite de oliva en un recipiente hermético. Guarda esta mezcla en el refrigerador y tendrás ajo picado listo para usar en cualquier momento. Solo necesitarás tomar una cucharadita y agregarla a tus platos para darles un delicioso sabor a ajo.
Con estos tres métodos, tendrás ajo preparado de diferentes maneras para satisfacer todas tus necesidades culinarias. ¡Disfruta del delicioso sabor y aroma del ajo en tus comidas!
¡Se un buen chef!
Espero que estos secretos y consejos de cocina te hayan sido de gran ayuda. Con estas técnicas simples pero efectivas, podrás cocinar con más facilidad, rapidez y eficiencia, llevando tus habilidades culinarias al siguiente nivel. Ya sea que estés preparando una comida rápida entre semana o impresionando a tus invitados con una cena especial, estos trucos te ayudarán a disfrutar de una experiencia culinaria más placentera y exitosa. Sin más que decir, ¡espero que disfrutes de muchas experiencias maravillosas en la cocina!